Historias de éxito
Un par de los muchos que recibimos semanalmente
Medimos nuestro éxito por que tan bien avanzan nuestros estudiantes, que tan confiados se sienten en su capacidad de superar, su motivación, y que tan emocionados están de aprender aquí. ¡Padres constantemente nos comparten sus historias de éxito con nosotros...y nos encanta escucharlos!
Hemos escuchado de nuestros estudiantes y sus padres su alegría al recibir su primer "A" en un examen o en su reporte de notas. Hemos visto a niños saltar un nivel, otros que salen de sus clases de educación especial para entrar a clases regulares, y otros más que alcanzan su meta de entrar a los programas de “GATE” cuando antes nunca pensaron que podrían. Algunos de nuestros niños alcanzan niveles mucho más avanzados que su grado.
A uno de nuestros estudiantes jóvenes, quien había llegado con nosotros el año pasado sin saber leer, le dieron una evaluación en una escuela privada local para ver si calificaba para entrar a su programa de nivel K. Lo evaluaron al nivel 4 en lectura oral y nivel 2 de comprensión.
Algunos de nuestros estudiantes continúan con nosotros después de haber logrado sus metas iniciales simplemente porque lo disfrutan. Por ejemplo, tenemos a una estudiante de 4to nivel que estaba atrasada en matemáticas -- y no le gustaba para nada. Ahora está realizando problemas a un nivel de secundaria porque podemos presentar los conceptos de una manera significativa (y divertida). Ahora adora el tema y esperar con anticipación nuevos desafíos.
Hemos tenido a muchísimos niños en la lista de honor académica, que han mejorado sus GPA's, han superado su miedo de exámenes, y han aprendido a trabajar para dar su mejor esfuerzo mientras que se reduce el estrés de la escuela. Es genial ver a niños correr para entrar a nuestras clínicas, literalmente... y nos sentimos siempre tan orgullosos cuando escuchamos al niño pedir quedarse más tiempo. Un día, uno de nuestros estudiantes de nivel K se aferró a quedarse. Allí estaba, acostado horizontalmente en los brazos de su mamá, agarrado de la puerta suplicando que lo dejaran quedarse. Esas cosas no tienen precio. Aunque iba correteada su mamá no pudo para de sonreír. ¿¡Donde esta una cámara de película cuando se necesita?!
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